lunes, 12 de octubre de 2009

MI REIVINDICACIÓN DE LA RECUPERACIÓN DEL ALANO ESPAÑOL







Ya publicado en mi columna ‘PERROS DE AQUÍ’
del nº 199 de la revista 'Perros de Caza' (año 2007)

Reedito en el blog este artículo de opinión que causó un pequeño terremoto entre los aficionados de verdad al perro alano. Que ha servido de reflexion para propios y extraños y que escribí yo en un estado de decepción grande, porvocado al contemplar -en Archidona- una colección de falsos perros alanos, ensalzados por un colectivo de personas ajenas al campo, erradicadas de la tradición de nuestras razas autóctonas, desconocedoras de casi todo, propietarias de casi nada, embarulladas entre mentiras, prosapias y oropeles de moqueta. Un ambiente en el que nunca pensé que cayera la funcional raza a la que dedicamos quince años de nuestra vida y cinco generaciones de perros valiosos. Escribí estas líneas con ánimo correctivo de tendencias, con la esperanza de que criadores y propietarios aplicasen con rigor los criterios originales en la recuperación y selección de la raza.

Las fuentes de información sobre alanos han quedado difuminadas; las informaciones que circulan entre los propietarios son como leyendas urbanas exentas de rigor. Hoy es frecuente ver que websites se apropian de fotos mías históricas de alanos y ni siquiera citan la fuente. La selección viene jaleada por quien gana en una exposición de belleza. Los legendarios alanos llegan a las exposiciones caninas con presentadores con americana y corbata ¡!. Los criadores se han inventado eufemismos para disimular el prognatismo. Cualquiera que adquiera un cachorro alano de los actuales debe revisar bien tipo y boca, sabedor que los dientes incisivos y caninos mudan y las encías ensanchan. Lo que puede ser machito de ajuste dentario con ocho semanas, será posiblemente un prognático irredento con seis meses.

En 1980, Luis A.Centenera, Luis Esquiró y yo mismo acometimos un viaje de localización de perros alanos en Extremadura (lo denominamos ‘Alanex’) que concluyó con la localización en la sierra de San Pedro (Cáceres) de una vieja hembra –la Loli- y su cohorte de hijos agarrando venado. Aquella perra fue el punto de partida en la recuperación de la raza. En diciembre de aquel mismo año, otra expedición con Luis Arribas y Juan M. Fernández Ahedo por las Encartaciones nos descubrió un mundo de perros de presa autóctonos, que ya habían sido definidos en 1960 como perros de ‘presa del país’ por los veterinarios locales. Nuestras otras búsquedas por el campo charro (Salamanca) y el norte de Burgos sólo nos ofrecieron perros chatos de presa, de mayor o menor envergadura, de más o menos cabeza. Alrededor de la vaca monchina empezó la localización de ejemplares del tipo ‘alano’ tradicional, con boca en tijera y constitución atlética, que escaseaban dentro de los más frecuentes perros de presa chatos. Vinieron los emparejamientos con el Limón, el Chacur, el Navarro... perros vaqueros sobre los que se cimentó la recuperación de la raza. De entre la población de perros encartados, nosotros siempre fuimos fieles a nuestro objetivo: el legendario perro alano del centro y suroeste peninsular, de alcance veloz y agarre firme, de boca blindada y aliento inextinguible. Sólo captamos cinco reproductores de entre más de ciento cincuenta localizaciones. La crianza fue trabajo familiar en mi casa: 1980 a 1994. Los primeros alanos conocidos, después de los del duque de Arión, llevaban el nombre de Alajú. Comenzamos a regar por goteo la España montera de perros alanos y retornamos importantes cachorros a las Encartaciones. Y en eso llegó el perro talismán, el producto que buscan con ahínco los criadores de cualquier clase de ganado, capaz de ser y transmitir. Nació ‘Alajú Godo’ (Alajú Gala x Navarro), un perro de cuarta generación F3 nuestra. Potente, velocísimo y mordedor, de expresión endemoniada, noble y dominante, de perfecta boca en tijera, con sus ‘llaves’ ajustadas como mandamiento divino, remetido de ijares, cabezón y expresivo, que daba cachorros tan veloces, alanos tan valientes y enfrentados, tan indolentes, tan rústicos, tan silenciosos, tan felinos, tan diferentes a cualquier cánido conocido. El ’Godo’ sirvió para consolidar la raza en calidad y cantidad, uniformidad, talla y envergadura, instinto de caza, dureza extrema, mordida firme, temperamento irreductible. Desde nuestra humilde perrera alcarreña, entregamos sus productos a rehaleros de los cuatro puntos cardinales de España con enorme éxito en los agarres y una constante, que ahora es una joya a mantener: los alanos nunca deben ser perros prognáticos.

Ha pasado el tiempo. La selección de la raza -ulterior a su recuperación- está mayoritariamente confundida y errónea. El principal y nefando defecto de la población actual es un prognatismo casi general, que debería ser especialmente intolerado en machos. Extraviar el tipo genuino de cabeza que ya definió el rey Alfonso el oncenocabeza de congrio- significa despojar a la raza del sitio internacional que merece. Los criadores más identificables hoy ya no son monteros, sino caninos de los de exposición, doggy people. Lenguas viperinas con venda en los ojos que, en tan solo cuatro generaciones, han desbaratado la raza hasta hacerla irreconocible. El prognatismo gusta a las mujercitas que están detrás de la raza. Ellas y ellos han debilitado el carácter de la raza, hasta endulzarlo con perros babosos, cariñosos, delicados y chillones. Fomentan la falsa idea de que el alano es un apacible animal de compañía para obtener clientes urbanos. El prognatismo ha transformado el tipo, fomentando perros de constitución cilíndrica, rechonchos, de galope imposible, de perfil ultra-cóncavo, ojos redondos y saltones. Los criadores del sur han introducido como reproductores a mediocres perros de presa. Utilizaron un lisiado que se movía como zaranda, rescatado en hora mala del muy poco funcional banco de carpintería y un cruzado de una bóxer de Bilbao, con su misma capa colorada, el cacareado ‘Turco’. Luego, han proseguido con un sostenella y no enmendalla en una recua de chatos inaceptables: Taranto, Curro, Goico, Vitorino... ejemplares todos ellos prognáticos, que han ensuciado la sangre y que deberán ser depurados de cualquier pedigree que se precie. Vigile que ninguno de los nombres de perros que dan colofón a este columna esté en la genealogía de su nuevo cachorro.

C.C.

1 comentario:

  1. usted siempre habla de 5 perros fundacionales, pero luego solo menciona a limon,txakur,nabarro y la "loli",¿cual es ese 5 perro?.

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